Las bujías de encendido son un elemento fundamental e indispensable para el rendimiento del motor de un vehículo. Deben ser capaces de detonar de manera segura la mezcla aire-combustible bajo todas las condiciones de funcionamiento, una tarea que no es sencilla debido a las diversas cargas a las que la bujía está expuesta en el motor, ya sean eléctricas, mecánicas, químicas y térmicas, aseguran desde Bosch, que indica que es la marca pionera que patentó la bujía en 1902, y desde aquel entonces, continúa el legado de investigación y desarrollo para adaptarse constantemente a las necesidades específicas de los diferentes motores y responder a las exigencias y permanente evolución que plantea la nueva movilidad.
Historia
La marca recuerda que todo comenzó en 1897, cuando comenzamos a desarrollar el magneto de alta tensión, para luego patentar, 5 años más tarde, la primera bujía combinada. Algunos años después, en 1911, logramos producir alrededor de un millón de unidades, una cifra récord para la época.
Nuestro avance en el mercado de las bujías fue tan significativo que en 1914, abrimos la primera planta para la fabricación exclusiva, en Stuttgart, Alemania. Pocos años después, en 1929, la venta ascendió a 25 millones de unidades, además de fabricar la primera bujía exclusiva para Bosch Motorsport, que hoy es uno de los productos más reconocidos por los equipos de competición.
Para el año 2002, la compañía recuerda que ya poseía 5 plantas, más de 20.000 bujías desarrolladas, y todo el potencial para continuar su expansión global. En la actualidad, representamos los más altos niveles de calidad y especialización en bujías de encendido, ofreciendo soluciones innovadoras en materia de producción, como el montaje termoretráctil o los recubrimientos niquelados en bujías y roscas para garantizar tanto una gran fiabilidad como una larga vida útil.