El color del lubricante es una de las preguntas más usuales que los conductores consultan en sus talleres de confianza, aseguran desde MobilTM, confirmando que, por eso, se propone esclarecer los puntos más significativos a considerar.
Respecto al color, es importante marcar dos instancias: por un lado, el color original de fábrica y, por otro lado, las variaciones de tono una vez dentro del motor.
Si se considera el color del lubricante antes de ser incorporado en el vehículo, dependerá de sus insumos, principalmente, del aceite base. Y cuanto más transparente es, indica que ha pasado por más filtros, por lo cual es de mejor calidad.
Oscurecimiento
El lubricante sólo permanece en estado limpio, de color cercano al ámbar, antes de entrar en contacto con el motor. Ahora bien, ¿qué ocurre al de entrar en contacto con el motor y por qué se oscurece? La respuesta es que a medida que el aceite circula por el motor acumula partículas de suciedad, residuos y desechos provenientes de la combustión y el desgaste normal de las piezas. Estas impurezas pueden hacer que el aceite adquiera un tono más oscuro, que va del marrón al negro.
Entonces, en esta instancia, si el aceite es oscuro, significa que está cumpliendo con su misión de proteger el motor contra impurezas que podrían aumentar la fricción entre las piezas y así reducir la vida útil del motor, aumentando las posibilidades de que en un futuro deje de funcionar o se queme aceite por falta de lubricación eficiente.
Más allá de la tonalidad, los lubricantes tienen una fecha de caducidad y hay que respetarla. Este período lo determina el fabricante del vehículo y está presente en el manual del propietario. Generalmente el plazo se define en meses o por kilometraje, y el cambio debe realizarse dependiendo de lo que ocurra primero.