El motor es una máquina construida para convertir el calor en un movimiento con la suficiente fuerza para lograr que las ruedas giren y el vehículo se desplace. La forma de obtener esta energía varía según el motor. En este punto, podemos hacer una distinción entre los diferentes tipos que ofrece el mercado actual.
⦁ Motores de combustión interna: la reacción o la conversión del calor en movimiento se produce por la explosión -en el caso de los vehículos convencionales a nafta- o la combustión -en el caso de los vehículos diésel- del combustible. Su uso es el más común y se ha ido perfeccionando desde los inicios de la automovilística.
⦁ Motores eléctricos e híbridos: cada vez son más populares, en parte porque su impacto sobre el medioambiente es considerablemente menor en comparación a los anteriores. En su mayoría, funcionan con baterías de litio alimentadas 100% por energía eléctrica. Por su parte, los motores híbridos funcionan combinando energía eléctrica con energía por combustión.
Cuando el motor del vehículo entra en movimiento, genera una fuerza que es enviada a través de la transmisión a las ruedas y permite que el auto se desplace. La energía generada pone en movimiento una infinidad de componentes como válvulas, pistones, bielas, cigüeñal, árbol de levas, correas y engranajes, entre otros.
Sugerencias
1. Evitar acelerar y detenerse bruscamente: las frenadas y el aceleramiento violento puede dañar el desempeño del motor al sobre exigir los cambios de potencia, además de desgastar los frenos y la transmisión.
2. Evitar los tramos cortos: el encender y apagar el motor en breves períodos de tiempo afecta su vida útil. Para tramos de pocas cuadras, caminar puede ser una buena opción para evitar el desgaste innecesario del vehículo.
3. Cuidar el nivel de combustible en el tanque: la nafta vieja forma sedimentos y para que estos no lleguen al motor, es aconsejable que el tanque siempre esté lleno por encima del cuarto de su totalidad.
4. Elegir el lubricante adecuado: la ausencia de un lubricante apropiado desencadenaría en el rápido desgaste del motor ya que la fricción o rozamiento de metal con metal provoca altas temperaturas, desgaste abrasivo de las piezas y, en extremo, que terminen soldándose unas con otras. La adecuada lubricación de todas las piezas permite enfriar el motor y mantenerlo limpio de los contaminantes propios de la combustión interna.
Una vez que el motor se puso en marcha, el lubricante debe garantizar que la temperatura se mantenga en un rango óptimo para evitar el sobrecalentamiento, retener su viscosidad y fluidez y proteger a las zonas más críticas del motor. A esto se agregan la reducción de la fricción al mínimo para satisfacer los requerimientos ambientales de mitigar emisiones y consumo de combustible, el uso más extendido de biocombustibles y los nuevos sistemas de postratamiento.
Viscosidades
Las viscosidades 0W, 5W de los nuevos lubricanes sintéticos, aseguran que de forma inmediata todas las piezas queden protegidas con un film que evita el desgaste prematuro de las piezas. Además, cada vez se desarrollan motores más chicos por las condiciones cada vez más exigentes de potencia y respuesta que generan más calor. En este sentido y acorde a las distintas especificaciones de los fabricantes, la petrolera indica que ofrece una variedad de productos que se adaptan a los diferentes requerimientos como las viscosidades cada vez más bajas de los nuevos diseños.
Así, con el objetivo de proteger el motor en todo tipo de circunstancia de manejo, los diferentes aceites de las petroleras de nuestro mercado aseguran que dedican una fuerte inversión al desarrollo tecnológico, seleccionando las materias primas con las que se producirán los aceites básicos de calidad. Las petroleras de nuestro mercado aseguran que promueven la transformación innovadora y refuerzan el compromiso tecnológico que ayuda a brindar novedosas soluciones, desde el rendimiento del motor hasta el cuidado del automóvil y el medioambiente.