Daniela Medina, Gerente de Seguridad y Emergencias de Ituran Argentina, escribe una columna de opinión indicando que, con el inicio de un nuevo ciclo lectivo, vuelve a ponerse sobre la mesa la necesidad de incluir la educación vial en el diseño curricular, como un pilar fundamental para la formación de futuras generaciones responsables en el tránsito.
Según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), los siniestros viales continúan siendo la principal causa de muerte en jóvenes menores de 35 años en Argentina.
En países como Francia, el modelo de educación vial es obligatorio y progresivo. Desde la educación primaria, los estudiantes deben aprobar certificaciones que evalúan su conocimiento sobre normas de tránsito y comportamiento en la vía pública. Este enfoque integral ha demostrado ser efectivo en la reducción de accidentes protagonizados por conductores jóvenes.
Herramienta
La educación vial se presenta como una herramienta clave para hacerle frente esta situación, promoviendo la seguridad en el tránsito desde la infancia y fomentando hábitos de convivencia vial basados en el respeto y la responsabilidad.
En la Argentina, el Plan Federal de Educación Vial es una iniciativa de la ANSV, que promueve el abordaje de la temática en escuelas de todo el país a través de la entrega de guías de educación vial para nivel inicial, primario y secundario, capacitaciones docentes con puntaje, talleres para supervisores y directores de escuela, y charlas de sensibilización para estudiantes de nivel secundario. Además, la Ley Nacional N° 27.214 establece que la educación vial debe incluirse en todos los niveles educativos.
Sin embargo, a pesar de estos avances, la inclusión de esta temática en los programas escolares no es uniforme en todo el país. En algunas provincias, como Córdoba y Mendoza, se ha avanzado en la incorporación de esta enseñanza en sus diseños curriculares. En otras, aún no se registran acciones concretas debido a que su implementación depende del compromiso y la iniciativa de cada comunidad educativa.
Incorporar la educación vial en las aulas ayuda a generar hábitos responsables desde la infancia, fomentar el respeto por las normas de tránsito, reducir la siniestralidad y preparar a los niños y adolescentes para asumir un rol activo y responsable en la vía pública.