Hoy, tercer domingo de noviembre, se conmemora el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas del Tránsito, que surge como parte de una iniciativa colectiva para recordar a las personas fallecidas y acompañar a los seres queridos, promoviendo acciones de concientización con el propósito de reducir la tasa de mortalidad por siniestros viales.
Alrededor de 1,25 millones de personas mueren al año a causa de los accidentes de tráfico, según el Informe sobre la Situación Mundial de la Seguridad. Además, el 90% de los fallecidos se encuentran en países de ingresos medianos y bajos, que solo cuentan con el 54% de los vehículos matriculados. Estos accidentes son la principal causa de muerte de los jóvenes de entre 15 y 29 años. Casi la mitad de la totalidad de las víctimas fatales son peatones, ciclistas y motociclistas.
Pero estas pérdidas humanas, económicas, sociales y de salud pueden evitarse. Hay datos que confirman que las lesiones causadas por los accidentes de tránsito pueden prevenirse.
Factores
Se han identificado distintos factores que aumentan el riesgo de las lesiones, como la velocidad inadecuada o excesiva, la falta de uso de cinturones de seguridad y sillas protectoras para los niños, la conducción en estado de ebriedad, la falta de uso de cascos protectores por parte de los conductores de vehículos de dos ruedas, una infraestructura vial mal diseñada o insuficientemente mantenida y vehículos viejos, mal conservados o que no cuentan con dispositivos de seguridad. Las normas y otras medidas impuestas para hacer frente a esos factores de riesgo han dado lugar a una disminución drástica de los accidentes de tránsito en muchos países. También se ha comprobado que los servicios de atención de emergencia para traumatismos son importantes para mitigar los daños de los accidentes viales, dicen desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de las encargadas de coordinar la labor de reducción de los accidentes de tránsito y con ese objetivo ha emitido un paquete de medidas técnicas de seguridad vial.
El Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tránsito ofrece una oportunidad de concienciar a la opinión pública de la escala de devastación económica que producen estos siniestros, así como de reconocer el sufrimiento de las víctimas y la labor de los servicios de apoyo y rescate. Desde que se adoptó este Día, la conmemoración se ha extendido a un número cada vez mayor de países en todos los continentes, convirtiéndose la efeméride en un instrumento importante de los esfuerzos desplegados para reducir esta tragedia.
Decenio
Con el objetivo de recudir el número de víctimas en accidentes de tránsito, las Naciones Unidas proclamaron, además, el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020. La meta principal para el decenio era reducir en un 50% la muertes por siniestros viales.
Para ello, tanto las Naciones Unidas, como la Organización Mundial de la Salud propusieron actuar sobre los que consideraban los principales factores de riesgo; además, señalaban la necesidad de aumentar la seguridad de los vehículos y de la infraestructura, poseer buenos sistemas de información, y contar con organismos nacionales encargados de la política de seguridad vial.
¿Qué ha pasado desde ese entonces? No hay una sola forma de responder a esta pregunta. En primer lugar, podemos señalar que el conocimiento sobre el tema ha aumentado. De acuerdo con algunos relevamientos recientes, para los argentinos la inseguridad vial es el segundo problema social en orden de importancia, luego de la inseguridad provocada por el delito. Con respecto al conocimiento sobre los factores de riesgo, también ha crecido el nivel de información disponible.
Sin embargo, el conocimiento no se refleja de manera directa en los comportamientos de los que van al volante o de los transeúntes. Los informes de la Agencia Nacional de Seguridad Vial indican que aproximadamente el 50% de los conductores no usan cinturón de seguridad, y que el uso es menor entre los demás ocupantes de los vehículos. Más preocupante es la ausencia de uso de sistemas de retención infantil, que puede llegar hasta más del 80% dependiendo de la edad de los niños.
Motociclistas
Entre los motociclistas, el uso del casco llega a las dos terceras partes, pero ese valor es menor en las zonas periféricas de las ciudades, cuando se trata de pasajeros, o de niños. El exceso de velocidad, que es un problema en sí mismo, ocurre en Argentina en el contexto de límites de velocidad demasiado altos. Las recomendaciones actuales indican que en zonas urbanas residenciales, el máximo permitido debería ser de 30 kilómetros por hora, de acuerdo con la relación entre velocidad, peso de los automóviles y vulnerabilidad del cuerpo humano. Reducir los límites de velocidad es una medida fácil de tomar, y que tiene el potencial de salvar muchas vidas. La Ley Nacional de Tránsito establece límites de alcoholemia, los cuales han sido objeto de debate recientemente, pero más allá del margen de consumo permitido, los controles son fundamentales para que su cumplimiento sea efectivo. Este es un aspecto en el que las falencias y las dificultades continúan siendo muy importantes en nuestro país.
Nuestra Agencia Nacional de Seguridad Vial, que comenzó a funcionar en 2008, es un avance, ya que contar con un organismo gubernamental encargado de las políticas públicas específicas, es fundamental para la seguridad.
Deficiencias
Uno de los progresos relacionados con su existencia es contar con estadísticas oficiales. Sin embargo, los sistemas de registro todavía no son universales y el acceso a los datos brutos no está disponible para todos los interesados en el tema. La infraestructura vial continúa siendo deficiente a nivel de las ciudades y también de las rutas. En el primer caso, y solo por nombrar algunos ejemplos, el estado del pavimento, la falta de señalización vertical, y los problemas de accesibilidad son fundamentales y aparecen a simple vista. En el segundo, alcanza con mencionar que todavía existen rutas de doble mano, por las que circulan al mismo tiempo vehículos de distinto porte. La incorporación de elementos de seguridad en los vehículos y la obligatoriedad de la verificación técnica son avances positivos, sin embargo, desde el Estado no se ha trabajado en la promoción de sistemas de transporte intrínsecamente más seguros, y que tienen un impacto menos dañino sobre el ambiente y la salud, como son las formas activas de movilidad, el transporte público de colectivos, o el tren, sea urbano, inter-urbano, o de carga.
Balance
Este apretado balance puede dar lugar al optimismo si creemos que lo que no se ha hecho ofrece una oportunidad para mejorar. Sin embargo, las respuestas deben ser urgentes. Las estimaciones actuales señalan que en la Argentina mueren 15 personas por día en siniestros viales. Los lesionados son más difíciles de contabilizar. La contención y el cuidado de los sobrevivientes es todavía una deuda del estado y de la sociedad. Pero también cada uno de nosotros, como conductores o peatones, debemos poner los mejor para estar atentos y no convertirnos en víctimas o victimarios.
El mejor recuerdo de las víctimas son acciones que salven vidas. Acciones que deben ser sistemáticas y sostenidas, pero, que además, se cumplan sistemáticamente, para generar conciencia y así reducir esta alta tasa de mortalidad que tenemos tristemente en nuestro país.