La Inteligencia Artificial (IA) se puede definir como los procesos informáticos y algoritmos estadísticos capaces de simular y aumentar la inteligencia humana. En otras palabras, la IA describe sistemas capaces de adquirir conocimiento a partir de un conjunto de datos y utiliza ese conocimiento para predecir y generar resultados futuros.
La aplicación de la IA es revolucionaria en múltiples sectores. Por ejemplo, en el sector sanitario los algoritmos examinan datos médicos para diagnosticar de manera preventiva para crear tratamientos personalizados y ayudar a descubrir nuevos medicamentos. En el sector financiero, los sistemas pueden predecir tendencias y detectar fraudes. En las empresas manufactureras se usa para el mantenimiento predictivo de las máquinas, mejorar cronogramas de entrega y crear buenas prácticas de atención al cliente.
Desafíos
Pero, a pesar del potencial transformador de la inteligencia artificial, su adopción empresarial enfrenta desafíos considerables como la falta de talento calificado para desarrollar e implementar algoritmos, que lleva a una escasez de personas capaces de liderar proyectos. Además, se deben cuidar las directrices de privacidad y seguridad de los datos, ya que los sistemas de aprendizaje automático dependen de la información con la que se los alimente.
También se debe garantizar la transferibilidad y ética en el uso de la inteligencia artificial, ya que los algoritmos sesgados (las llamadas alucinaciones) pueden socavar la confianza del gobierno y dar lugar a un escrutinio regulatorio. A lo largo del último año se han visto muchos casos en los que los sesgos distorsionan la información que transmiten estos sistemas que se deben al mal uso de la tecnología, muchas veces hecho para fines recreativos.
Las empresas podrán medir el valor de la IA para sus negocios no necesariamente con un Excel de ganancias sino en el modo en que esto ayuda a mejorar la cultura y prácticas corporativas para las organizaciones del futuro. Sin duda, cambios de esta magnitud pueden provocar resistencias dado que no todos los profesionales se sienten capacitados para trabajar con estas herramientas.
Para superar estas dificultades, las empresas deben adoptar un enfoque estratégico que combine la inversión en talento, la creación de sectores centrados en la gobernanza, los datos y, sobre todo, el compromiso con los principios éticos de la IA.
Plataformas
La adopción de plataformas de IA, como las de Red Hat, aparecen como una solución a muchos de estos desafíos. Estos programas, disponibles como marcos y ecosistemas, proporcionan herramientas para la implementación y gestión de aplicaciones en la vida corporativa cotidiana. Los programas permiten realizar tareas que reducen la complejidad de la TI y protegen la información de la empresa, además de permitir la interoperabilidad con los sistemas ya instalados.
El área de seguridad será fundamental para la estabilidad de los procesos internos y proteger contra el malware o ataques hackers para robar datos. Al establecer controles de autenticación y seguimiento, así como la adaptación a los nuevos protocolos de ciberprotección como la Ley General de Protección de Datos (LGPD), las plataformas más modernas reducen la posibilidad de fugas y agujeros de seguridad en las corporaciones.
Los beneficios de una buena aplicación son cuantiosos. En el sector financiero se puede impulsar la productividad o reducir los riesgos de cálculo y seguridad. Los algoritmos y análisis predictivos, por ejemplo, permiten encontrar patrones que no siempre son obvios para el ojo humano. Además, se pueden sumar asistentes virtuales que respondan las consultas de los clientes en tiempo real, brindando un soporte eficiente y personalizado a través de múltiples canales que mejoren la experiencia del usuario.
La IA seguirá dando forma al panorama empresarial, desde la automatización hasta la predicción de las tendencias de los consumidores. Las empresas que quieran prosperar en este escenario necesitan prepararse para adoptarla, promoviendo una cultura de innovación, invirtiendo en formación y capacitación de colaboradores priorizando la ética y transparencia en el uso de la tecnología. Solo quienes adopten el cambio y se adapten estarán posicionados para cosechar sus beneficios.