El tercer domingo de noviembre de cada año (mañana), se conmemora el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tránsito, una fecha instaurada en 2005, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que busca homenajear a las personas fallecidas en siniestros viales, brindar apoyo a sus familias y promover acciones de prevención, teniendo en cuenta que anualmente mueren 1,35 millones de ciudadanos por esta razón, según los datos del informe del estado mundial de la seguridad vial de la Organización Mundial de la Salud (2018).
Vulnerabilidad
En la región de América del Sur, la situación es especialmente preocupante, ya que los estudios reflejan que el 93% de los siniestros viales suceden en países de ingresos medios y bajos, mientras que estos países solo cuentan con el 60% de los vehículos matriculados del mundo. En estos contextos, también es donde los peatones, ciclistas y motociclistas, son los habitantes más vulnerables. En este sentido, y en el caso especialmente de los motociclistas, que representan el 28% de las defunciones, usar un casco homologado puede reducir el riesgo de muerte en un 40% y de lesiones graves en un 70%, aproximadamente.
La relevancia del tema tiene que ver con instalar una mirada que busque llevar a cabo transformaciones integrales para reducir el número de víctimas fatales por accidentes de tránsito, incluyendo una participación activa y permanente de la ciudadanía, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos locales, provinciales y nacionales, que involucren campañas de concientización, medidas ejecutivas y una necesaria actualización de la legislación al respecto.
Cuentas pendientes
En Latinoamérica, según el informe de la OPS, todavía queda mucho por hacer frente al 2020. Si bien desde el 2014, ha aumentado el número de países de la región que han promulgado leyes en materia de seguridad vial, todavía no han aparecido nuevas leyes para limitar la velocidad, lo que es importante por la disminución de las lesiones para los usuarios vulnerables. Por esta razón, en la conclusión del Informe de este año se destaca “la necesidad de que los países sigan priorizando la seguridad vial como una cuestión clave de política y colaborando con sus asociados mundiales, regionales y nacionales”.
Por su parte, en la capital de la Argentina, el reciente cambio en el examen para obtener la licencia de conducir, dentro del ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es un gran ejemplo en los avances hacia una vialidad más segura y responsable. Control del vehículo en rotonda, embrague en bajadas y subidas, dos postas adicionales, y cámaras de control en interiores y exteriores, fueron los cambios en cuánto al examen práctico. Por su parte, el examen teórico incorporó una nueva modalidad: no solo reconocer las señales de tránsito, sino interpretarlas en contexto. También se evaluarán las acciones en situaciones de ruta, el conocimiento de nuevas formas de movilidad, y lo que se debe hacer ante un siniestro vial. Desde la Federación formaron parte de la validación de estos importantes cambios en materia de seguridad vial.
Perspectiva integral
La seguridad vial debe abordarse desde una perspectiva integral, contemplando los desplazamientos a pie, en bicicleta y otros medios alternativos como el monopatín eléctrico, y tomando en cuenta el compromiso de elaborar estadísticas fiables acerca de los siniestros de tránsito que permitan estudiar mejoras, trazar nuevas políticas públicas y adaptar las campañas de prevención.
“Los cambios en las grandes ciudades son importantes, pero también es central que se aplique al resto del país y de la región. El debate en torno al empleo de tecnología e infraestructura vial de mayor desarrollo, que se adecúe a las nuevas demandas urbanas garantizando mayor seguridad vial y eficiencia en el uso del tiempo y de los recursos energéticos, es necesario e impostergable”, opina Pablo Azorín, Jefe de Seguridad Vial y Medio Ambiente de la FIA Región IV.
“Velocidad, conducción bajo los efectos del alcohol, utilización del casco y del cinturón de seguridad y empleo estricto de sistemas de retención infantil (SRI) comprenden las prioridades a revisar, tanto desde el punto de vista de la efectividad normativa como en cuanto al control de su cumplimiento, para lograr un salto de calidad de las prácticas viales en América Latina. Desde la FIA, como formadores en el ámbito público y privado, creemos que es de vital importancia prestar atención a las raíces de los conflictos urbanos, y sembrar conciencia en la sociedad a través de todos los canales posibles”, destaca Leandro Perillo, Gerente de Movilidad y Políticas Públicas de la FIA Latinoamérica.