En esta época del año es fundamental ayudar a proteger al motor del frío que nos acompaña. Con el objetivo de evitar los riesgos que puede ocasionar, compartimos algunos tips para contrarrestar esta clase de problemas:
La sugerencia es verificar la presión de aire y el buen estado de las cubiertas, revisar el nivel de aceite, corroborar que el sistema de frenado funcione correctamente, asegurarse del buen estado de la batería y comprobar el depósito de agua.
Es primordial cotejar el buen funcionamiento de todas las luces del vehículo. En caso de dirigirse a un lugar de frío extremo y donde haya nieve con posibilidad de hielo, llevar cadenas para las ruedas. También es necesario cerciorarse de que los limpiaparabrisas se encuentren en buen estado y se aconseja que la solución del líquido limpiador sea anticongelante y que el depósito se encuentre lleno.
Secuencia del arranque
El frío afecta principalmente la secuencia de arranque, ya que el motor se encuentra “seco” y el lubricante debe alcanzar todos los puntos del mismo. Si el lubricante se enfría puede espesarse, impidiendo el flujo constante. Esta insuficiencia puede contribuir a aumentar el desgaste del motor.
Hay que asegurarse de cargar lubricantes idóneos para proteger al motor del frío, debido a que la base de los actuales lubricante son producido a partir de gas natural, generando un producto significativamente más estable que los aceites de base convencionales y adquiriendo una importante serie de beneficios de rendimiento. En condiciones extremas, esto incluye un mejor control de la viscosidad que genera rápidamente la película lubricante protectora, menor volatilidad y mayor ahorro de combustible.
Estas propiedades se traducen en importantes beneficios de rendimiento para el motor. La nueva tecnología de los buenos lubricantes brinda protección ante el desgaste y la corrosión.