Citroën mostró un profundo cuidado con el lanzamiento del C3 Aircross. Lo fue haciendo poco a poco; primero un dibujo, luego unas fotos, luego algunos detalles del interior, para luego mostrarlo definitivamente.
¿Por qué tanto consideración? Porque estamos en presencia de un vehículo que abre un nuevo frente de competencia para la marca del doble chevron, que nunca había incursionado en este segmento.
El nuevo Aircross es un vehículo que vino a competir, nada menos, que contra la EcoSport, la reina y la creadora de este segmento, que las empresas denomina, B2-Off-road, que son los vehículos compactos, con imagen de utilitarios deportivo, pero que, generalmente, tienen tracción simple, donde también están Fiat Palio e Idea Adventure, VW CrossFox y Renault Sandero Stepway, por ejemplo.
Este modelo, con el que los ingenieros de la marca vienen trabajando desde 2007 y que fue diseñado y producido íntegramente en el Mercosur, está basado en la plataforma ampliada (unos 8 cm más larga) del conocido C3, pero con nuevos componentes y materiales. Si bien el diseño siempre es opinable, sin duda, no se puede negar, que el C3 Aircross, aporta una imagen sumamente original, apoyado en la nueva filosofía que la marca denomina Creative Technologie.
Imagen original
El nuevo vehículo, que mide 4279 mm, de largo; 1723, de ancho, 1697, de alto, y 2540 de distancia entre ejes, muestra un frontal muy fuerte, con un amplio parabrisas panorámico (dividido en tres partes) y un capot corto y casi plano, que termina en una parrilla dibujada con el logo de la marca y que está enmarcada entre los nuevos faros, de cristal trasparente y de notable luminosidad.
Abajo, y delante de la gran toma de aire, se ven los apliques de diferentes materiales plásticos, que aportan en la onda off-road, y donde se han colocado los antiniebla.
En el lateral, muestra los fenders negros sobre los pasarruedas, que se funden con los estribos sobre los que se colocaron las calcomanías con la palabra “Aircross”. Ofrece unas llantas, denominadas Buggy, de aluminio con rayos cromados, de muy logrado diseño. La cintura es alta y, arriba se observa una novedad mundial, las barras longitudinales (simil aluminio), que nacen desde el principio del parabrisas y continúan en todo el techo.
En el sector posterior exhibe una luneta redondeada con recuadro negro, donde se integra el conjunto lumínico. Aquí se destaca el gran portón con la rueda de auxilio, sujeta a un sistema de un brazo, que es el que se debe accionar, de distintas formas, para acceder al baúl, lo que nos pareció un método algo complicado, hasta llegar a acostumbrarse.
Al abrir el portón, se revela una gran boca de carga, que posibilita un fácil acceso al amplio baúl, de piso plano, con una capacidad inicial de 403 litros, que se puede ampliar rebatiendo el asiento posterior (1/3 2/3), con lo que se puede llegar a un espacio de 1500 litros.
Todos estos detalles le aportan al nuevo C3 Aircross, una imagen muy lograda, moderna y atractiva.
Motor
En este modelo solo se ofrece una única opción, el conocido naftero de 1.6 litros multivalvular de 110 CV, que equipa al C3 y al C4, y que en Aircross, tiene un comportamiento bien familiar, sin aristas deportivas, ya que tiene que empujar un vehículo pesado, con forma de cubo, lo que hace que el coeficiente aerodinámico juegue en contra.
Es algo remolón en las aceleraciones, pero le alcanza para moverse sin inconvenientes en el tránsito urbano. En la ruta tiene una buena y confortable velocidad de crucero, pero, hay que tener en cuenta de que las recuperaciones son algo largas, por lo que siempre es aconsejable bajar un cambio para realizar los sobrepasos sin inconvenientes.
Está asociado a una caja manual de 5 velocidades, con relaciones largas, que transmite bien la potencia al piso y con una palanca de inserciones precisas.
El consumo, sin ser para asustarse, se ve afectado por el peso en orden de marcha (1373 kg) y por el coeficiente aerodinámico, que como ya dijimos, no es de los mejores. Se puede lograr un promedio (ciudad, ruta y autopista) de 10.4 l/100 km, lo que da una autonomía promedio de 530 kilómetros, lo que no es nada despreciable.
Comportamiento dinámico
Este es un ítem que está perfectamente acorde al segmento para el que está pensado, es decir, un vehículo familiar, con un sistema de suspensiones, que tiene una configuración, tirando a blanda y que aporta en la solidez de marcha y en la absorción de las irregularidades.
Ofrece un alto confort de marcha en la ciudad, donde se mueve perfectamente en tránsito urbano, pasando, gracias a la altura al piso, sin inconvenientes por los baches y lomos de burro, sin tocar abajo.
En la ruta se lo nota firme en las rectas. En las curvas, aunque se siente el balanceo de la carrocería, dobla con firmeza y seguridad. Al exigirlo en las contracurvas, es donde se traba un poco más, evidenciando un pequeño rolido, que obliga a bajar el ritmo de marcha.
El correcto rendimiento dinámico está sustentado también en una dirección rápida y suave, que aporta también en las maniobras de estacionamiento.
Interior y equipamiento
Aquí se aprecia otro de los mejore ítem del Aircross, donde se evidencian los cómodos espacios para los cinco pasajeros adultos, que puede transportar.
Al ingresar en el interior se ve un ambiente luminoso, agradable y moderno, realizado con distintos materiales y plásticos de diferentes tactos, pero, en general, con buenas terminaciones. Para darle la sensación de deportividad, se han agregado algunas inserciones símil cromo.
Gracias a las tradicionales regulaciones manuales de la butaca y la posibilidad de modificar la altura y la profundidad del volante, la posición de manejo se puede encontrar fácilmente, sin importar el tamaño del conductor.
Desde el puesto del conductor no hay inconvenientes para mirar, sin obstáculos hacia todos los sectores, y se valora la buena información del tablero de instrumentos y la muy buena ergonomía de todos los controles, que son amigables y fáciles de accionar.
En el Aircross se ofrecen tres opciones de equipamiento (el de entrada de gama, SX y Exclusive, que fue el que probamos), con una conveniente dotación de componentes desde la primera alternativa, donde se encuentran levantavidrios delanteros eléctricos, retrovisores eléctricos, cierre centralizado con mando a distancia, barra de techo longitudinal, radio CD + MP3 + T. Auxiliar, aire acondicionado, asientos rebatibles 1/3, 2/3, llantas de 16’, computadora de abordo y guantera iluminada. Nuestra unidad, además de todo lo anterior contaba con frenos ABS con repartidor de frenada; limitador y regulador de velocidad; climatizador automático digital, puerto USB y sistema Bluetooth, volante y tapizado de cuero; sensor de estacionamiento trasero y tercer apoyacabeza trasero, entre otros.
Cabe aclarar que, también en este vehículo, Citroën sigue con la política de Packs, ofreciendo uno de Seguridad (para la versión de entrada de gama), High Tech (versión SX) y el Tecno (para Exclusive), que tiene sensor de lluvia, encendido automático de luces, airbags laterales y navegador satelital GPS incorporado (con pantalla de 7”), con el que se transforma en el primer vehículo de la categoría en ofrecer este componente.
Todos esto, más la insonorización de primera categoría, aportan en una habitabilidad de gran nivel.
Conclusión
Otro punto a favor es que los precios: C3 Aircross 1.6i 16v, $ 86.929; versión SX, $ 92.306, y Exclusive, , guardan una buena relación con el producto. En definitiva, este Citroën Aircross, que se produce en la planta brasileña de Porto Real, en Rio de Janeiro, tiene todo para luchar y ganar una gran porción de este segmento, que cada vez se pone más competitivo.