Estamo en invierno y, en esta época del año, las condiciones climatológicas obligan a preparar el vehículo para enfrentarlo, y nunca olvidarse que es fundamental ayudar a proteger al motor del frío que acompaña. Es imprescindible realizar un mantenimiento y cuidados continuos durante estos meses para que la vida útil del vehículo no se vea afectada.
Con el objetivo de evitar los riesgos que puede ocasionar problemas en el funcionamiento del auto, además de mejorar la seguridad al volante, compartimos algunos tips para contrarrestar esta clase de inconvenientes:
Si se cuenta con un garaje o una zona de estacionamiento techada, no hay que dudar en dejar el vehículo allí, ya que sufre mucho más las inclemencias de las bajas temperaturas en las noches invernales que en cualquier otra estación. En el caso de que haya que dejar el auto en la calle, hay que tener en cuenta que va a sufrir más al momento del arranque. Si no hay opciones, se puede cubrir el vano motor, bajo el capó, con una manta, pero siempre hay que recordar que está antes de intentar el arranque, ya que, justo en el encendido, las chispas pueden causar un incendio. Ahora ya se venden mantas especiales que se conectan y mantienen el calor en el motor durante la noche.
Zonas de fríos intensos
Para los que están en zonas de nevadas o fríos más fuertes, que lleguen a bajo cero, el cuidado en el arranque debe ser mayor, ya que hay que estar seguro que los líquidos del motor no estén congelados, por lo que la sugerencia es revisarlos antes del arranque.
Otra acción fundamental es la de levantar las escobillas limpiaparabrisas, al momento de dejar el auto estacionado en zonas de fríos intensos, ya que es lo primero que se pega a los vidrios y es difícil de sacarla sin dañarla.
Es muy importante lavar el vehículo si se transita por las zonas donde el invierno es muy duro, ya que en esta época se utiliza sal en las rutas para combatir las heladas, y los depósitos de sal no son buenos amigos de la carrocería, ya que aceleran la corrosión.
La sugerencia es verificar la presión de aire y el buen estado de las cubiertas, revisar el nivel de aceite, corroborar que el sistema de frenado funcione correctamente, asegurarse del buen estado de la batería.
Es primordial cotejar el buen funcionamiento de todas las luces del vehículo. En caso de dirigirse a un lugar de frío extremo y donde haya nieve con posibilidad de hielo, llevar cadenas para las ruedas.
Secuencia del arranque
El frío afecta principalmente la secuencia de arranque, ya que el motor se encuentra “seco” y el lubricante debe alcanzar todos los puntos del mismo. Si el lubricante se enfría puede espesarse, impidiendo el flujo constante. Esta insuficiencia puede contribuir a aumentar el desgaste del motor.
Hay que asegurarse de cargar lubricantes idóneos para proteger al motor del frío, debido a que la base de los actuales lubricante son producido a partir de gas natural, generando un producto significativamente más estable que los aceites de base convencionales y adquiriendo una importante serie de beneficios de rendimiento. En condiciones extremas, esto incluye un mejor control de la viscosidad que genera rápidamente la película lubricante protectora, menor volatilidad y mayor ahorro de combustible.
Estas propiedades se traducen en importantes beneficios de rendimiento para el motor. La nueva tecnología de los buenos lubricantes brinda protección ante el desgaste y la corrosión.
Nivel de líquidos
Hay que revisar, más frecuentemente que en verano los niveles del motor. Si hay que reponer líquido refrigerante, asegurarse de utilizar la proporción de anticongelante correcta y nunca hacerlo sólo con agua. Al primer síntoma de fatiga al arrancar por las mañanas, comprueba el estado de la batería para no llevarse la sorpresa.
Hay que estar pendiente a los neumáticos, que deben reajustar las presiones, dado que tienden a disminuir con las bajas temperaturas. Para compensar ese efecto, es posible que se deba añadir hasta 0,2 bares de presión respecto a las que lleva con tiempo más cálido.
Escobillas
Son las grandes olvidadas hasta que empiezan a caer las primeras gotas y dejan surcos o hacen ruidos molestos, lo que es el principal síntoma de que no funcionan bien. Evitar este tipo de imprevistos en pleno temporal o nevada es esencial, por lo que hay que revísalas por lo menos una vez al mes. Serán importantes aliadas cuando la lluvia o la nieve no paren de caer. Los limpiaparabrisas en mal estado suponen una pérdida de visibilidad entre un 20% y un 30%.
Las escobillas se estropean con facilidad, sobre todo durante el verano, por eso un buen momento para cambiarlas, antes de que lleguen las lluvias, el frío y las nevadas.
Durante el invierno es recomendable utilizar líquido anticongelante en el depósito de agua del limpiaparabrisas ya que evita que la goma se congele y se rompa cuando se pone en funcionamiento. Además, si el vehículo duerme en la calle y por la noche la previsión es de bajas temperaturas, es aconsejable levantar las escobillas o poner un cartón entre éstas y el parabrisas para que el caucho de las escobillas no se pegue en el cristal.
Hielo
Para eliminar el hielo del parabrisas: se puede arrancar el motor y conectar la calefacción con el ventilador al máximo y redirigiendo el flujo de aire hacia el parabrisas; usar un producto para descongelar, como puede ser un spray, o rociar el parabrisas con alcohol siempre que la capa de hielo no sea muy gruesa; en ese caso habrá que ayudarse con un rascador de plástico. Si el cristal se congela no se debe: accionar los limpiaparabrisas ni echar agua, ya que se podría empeorar la situación y estropear las escobillas e incluso el motor del sistema porque estos estén pegados. Tampoco se debe echar agua caliente porque un cambio brusco de temperatura puede romper el cristal, ni sal. La sal evita la congelación, pero no descongela y lo único que se puede conseguir es arañar el cristal y corroer la chapa. No utilizar el alcohol para rellenar el depósito del agua del parabrisas porque puede estropearlo y tampoco utilizar objetos metálicos o de otros materiales para quitar el hielo, ya que puedan arañar el cristal. Una vez que se haya retirado el hielo ya se podrá accionar el limpiaparabrisas y los dosificadores, siempre que lleven anticongelante, para mejorar la limpieza del parabrisas y la luneta.
No olvidar revisar el funcionamiento del sistema del aire acondicionado o climatizador, será clave para un desempeñado rápido y conseguir buena visibilidad.