Sin duda, el Renault Fluence es la punta de lanza con la que la empresa del rombo marca la presencia en la competitiva sección de los medianos, entregando fuerte personalidad, un notable comportamiento dinámico, gran espacio interior, muy buen equipo de serie y una calidad muy bien lograda, que eleva la excelencia de los autos producidos en nuestro mercado.
Este rediseño del sedan del segmento C, que se fabrica en la planta de Santa Isabel, Córdoba, no ha modificado las dimensiones exteriores, manteniendo el largo, de 4618 mm y la distancia entre ejes, de 2702, lo que lo pone entre los de mejor habitabilidad en el segmento.
El dibujo exterior se ha modificado adoptando la nueva imagen mundial que tienen todos los vehículos de la marca francesa, mostrando una identidad bien definida, especialmente en el sector frontal, destacándose el capot bien lanzado, con dos nervaduras en los laterales, que desembocan en la nueva parrilla, que muestra el logo de la marca en el centro. A los costados se muestran las ópticas, con el mismo formatos, pero incorporan la máscara inferior oscurecida. Para destacar los nuevos los faros antiniebla redondos, con un nuevo marco que los rodea, con luces diurnas LED.
De costado, con un marcado aspecto de cuña, sobresale la nervadura central y una inferior, que terminan en los marcados pasarruedas, que contienen el nuevo diseño de llantas, que en la versión probada son de 17” y diez rayos. Se han colocado luces de giro LED en los espejos retrovisores.
El sector posterior, perfectamente resuelto e integrada, se destacan las ópticas, con una nueva distribución, aunque sin cambiar el formato. Integradas a la tapa de baúl, también ofrecen tecnología LED. En ambos costados del paragolpes integrado, hay dos luces tipo ojo de gato, y sobresaliendo la puntera cromada del escape, sobre la izquierda.

Motor    

El nuevo Fluence mantiene los motores conocidos, con cambios para cumplir con la norma anticontaminación Euro 5. Probamos la versión 2.0 litros, naftero de 4 cilindros, 16 válvulas e inyección multipunto secuencial, con 143 CV/6000 rpm y un torque de 195 Nm/3700 vueltas, con distribución por cadena y tracción delantera, que funciona a la perfección, mostrando, sin bien no es un deportivo total, aceleraciones firmes y bien parejas, sin exhibir saltos durante la aumento de velocidad, entregando un gran equilibrio en el comportamiento dinámico y el confort de marcha, que es realmente logrado.
Manejamos el provisto con caja manual de seis velocidades, que exhibió un funcionamiento certero, con recorridos cortos y precisión para cada cambio. Logramos buen dinamismo en las pruebas, en las que conseguimos una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos con una recuperación de 80 a 120 km/h, en 4ta, de 9,2 segundos, en 5ta marcha, de 12 segundos. En sexta, que es una clara sobremarcha, demanda algo más de 18 segundos.
Ofrece una muy buena velocidad máxima, de 198 km/h. En el consumo también se destaca, logrando un promedio cercano a los 8,6 km/litro, mostrándose eficiente en todos los registros. Gracias al tanque de combustible, con 60 litros, se puede lograr una eficiente autonomía que llega a más de 500 kilómetros.

Seguridad

Para comenzar muestra un sistema de suspensión eficiente, que muestra un Pseudo McPherson con triángulo inferior, adelante, y eje semirígido con barra estabilizadora atrás, que ofrece un muy buen aplomo para circular tanto en la ciudad, donde filtra las irregularidades del asfalto, entregando un despeje acorde, que hace que no toque abajo en lomos o cunetas.
En las rutas, entrega seguridad en las curvas y mucho aplomo en las rectas, sonde siempre va firme. En este aspecto se nota el trabajo de la dirección, con asistencia eléctrica, que si bien no es tan directa, es eficiente y segura.
Los frenos, con discos en las 4 ruedas (ventilados delanteros), están provistos de ABS, con repartidor electrónico (EBD) y asistencia en urgencia (AFU), encendido automático de balizas (EAB), por lo que no tuvimos inconvenientes logrando distancias cortas con total firmeza.
Entre los componentes encontramos airbags laterales de tórax y frontales adaptativos, apoyacabezas regulables en altura, controles de tracción (ASR) y estabilidad (ESP), faros antiniebla delanteros y traseros y anclajes Isofix para sujeción de sillas infantiles, con los que salda una deuda exigida.

Confort y Equipamiento

Este modelo que, sin ninguna duda, es la versión sedán del Megane III hatchback, ha mejorado levemente el interior, con un ambiente muy bien presentado, tanto por el diseño como por los materiales utilizados y las terminaciones.
El frontal es limpio, con líneas simples, en el que se destaca la pantalla del navegador satelital Tom Tom, que forma parte del equipamiento de serie de esta versión full que probamos. Posee tapizados de cuero y algunas inserciones en símil aluminio en el panel, en la palanca de cambios, en el volante y en las puertas.
El instrumental, que es claro y no presenta inconvenientes para la lectura, muestra el velocímetro digital central, con un cuentavueltas analógico y un display que entrega la información básica de la computadora de abordo.
La posición de manejo, muy cómoda, se encuentra fácilmente gracias a la regulación manual de la butaca y la del volante, que modifica altura y profundidad. Abajo se encuentra el equipo de audio, que funciona perfectamente y es fácil acostumbrarse al manejo.
Alguna objeción se puede hacer sobre la visibilidad hacia atrás, sobre todo por el retrovisor central, por lo que resulta racional la inclusión de los sensores de estacionamiento; luego son todos elogios, sobre todo para la insonorización, que se puede disfrutar en distintos rangos de velocidad.
Atrás no habrá problemas con los espacios para las piernas de pasajeros adultos, pero es ajustada la altura, por la caída del techo, que es pronunciada. La plaza central es limitada en espacio y cuenta con un respaldo rígido y abajo tiene el falso túnel de transmisión. Seguramente allí irán los más chicos.
Como en todas las versiones se destaca por el volumen del baúl, muy bien presentado aunque tiene un sistema de bisagras que invaden el amplio espacio que llega a 530 litros, siendo el más amplio del segmento. La boca de carga es amplia y fácil de acceder; además se puede ampliar rebatiendo los respaldos traseros (1/3 - 2/3).
Debajo del piso encontramos una rueda de auxilio de diferentes proporciones que las rodantes, con llanta de chapa, como para cambiarla rápidamente.
Desde la entrada a la gama no habrá inconvenientes con faltantes en este sector mostrando elegancia y distinción. Solamente se puede criticar la ausencia del sistema de arranque en pendiente y los faros de xenón, que ya son de serie en la mayoría de los competidores. Tuvimos la oportunidad de probar uno de los más equipados de la gama, provisto con pantalla de óptima definición, donde tenemos la info del reproductor R-Link con radio AM/FM con pantalla touch color 7", CD, MP3, USB, Aux, Bluetooth, streaming de audio y telefonía, visualización de fotos y videos, comandos por voz intuitivos. También cuenta con climatizador automático (con salidas para plazas traseras), sistema de tarjeta llave (para encender y apagar el motor mediante un botón (start/stop), techo solar, cruise control y computadora de a bordo.

Conclusión

El Renault Fluence es un referente entre los sedanes medianos, el segmento más competitivo en nuestro mercado, en el que marcha entre los preferidos.
Sin duda, para lograr este posicionamiento debe tener un precio muy competitivo, y lo consigue, ya que arranca desde los S 287.00 llegando a los $ 419.00, para el GT, mientras que el que probamos, cuenta $ 383.000, mostrando una buena relación de precio-producto-equipamiento,
Además del precio, son importantes las mejoras que ha logrado con este rediseño, con el que se muestra bien actualizado, purificando la seguridad, agregando más tecnología y superándose en confort, por lo que, con seguridad, el que lo pruebe encontrará lo que está buscando a un precio realmente competitivo.