Llegó con la primavera la temperatura algo más elevada, el sol y los días más largos, aunque las condiciones climatológicas suelen ser, por lo menos al principio, muy diversas, por lo que, como en todo el año no hay que relajarse al volante. Pero si algo define a la primavera es la aparición de alergias que ni nos acordábamos que sufríamos.
Ahora sol, y comienza el calorcito, pero en un rato lluvia; así es el principio de la primavera, donde se puede pasar de un sol radiante a lluvias torrenciales en cuestión de minutos. Y el cóctel de clima inestable y relax al volante suele causar un aumento de la siniestralidad. De aquí la importancia de estar prevenido, manejar muy seguro y adaptarse a estas situaciones.
Cambios de tiempo
En primavera podemos encontrar desde el sol más veraniego hasta nieblas propias del invierno, así, en cada situación debemos actuar de forma distinta:
Con lluvia y niebla: se deben encender las luces de cruce, aumentar distancia de seguridad y reducir velocidad. Usa el climatizador para evitar que se empañen los cristales. Tener en cuenta que con lluvia puede llegar el aquaplaning.
Con hielo: si manejamos por el sur puede formarse alguna placa de hielo en zonas de sombra, luego de lluvias, nevadas y nieblas, se debe observar la ruta y moderar la velocidad.
Con sol: llevar anteojos de sol preparados en todo momento para cuando sea necesarias. Es muy recomendable también limpiar los cristales con regularidad para evitar deslumbramientos.
Alergias
Padecer una alergia dificulta la conducción en gran medida, hasta el punto de suponer un peligro. Además, se debe tener precaución a la hora de tomar medicamentos, ya que muchos de los utilizados para combatir las alergias causan somnolencia.
Las alergias son un peligro para los conductores por dos son las causas fundamentales: los propios síntomas y los efectos de la medicación.
Algunas sugerencias, generalmente indicada por los médicos, son: Viajar con las ventanillas del coche cerradas.
Si se utiliza el aire acondicionado, llevar un filtro especial para pólenes.
Cuando le receten antihistamínicos advertir al médico que es conductor/a.
Limpiar el vehículo con frecuencia, usar una aspiradora potente para eliminar ácaros de moquetas y tapicerías, y productos líquidos para ventanas, tablero, etc, especialmente, si se ha transportado animales en el mismo.
Evitar realizar los viajes durante el atardecer o el amanecer, ya que hay más concentración de polen.
Procurar no dejar el automóvil en zonas húmedas.
Es mejor comenzar el tratamiento dos o tres días antes de iniciar un viaje, ya que los efectos sedativos disminuyen al adaptarse el organismo.
Los médicos aconsejan
Nunca auto medicarse: acudir al médico si nota los síntomas propios de las alergias como el picor de ojos, destilación nasal, estornudos, problemas respiratorios.
Informar al médico de cabecera la necesidad que tiene de conducir: él le recetará medicamentos que provoquen una menor somnolencia. Casi el 20% de la población es alérgica, y se calcula que en el 2020 se llegará al 30%.
Si el vehículo no posee filtros HEPA, la sugerencia es comprarlos. Son filtros de alta capacidad, no bajar las ventanillas, ya que entra más polen y puede producir un ataque alérgico al volante. También los anteojos de sol protegen los ojos de alérgenos, reduciendo el lagrimeo constante y el picor. Evitar conducir por zonas húmedas y al amanecer que es dónde mayor concentración de pólenes habrá.
Limpiar el vehículo siempre que haya transportado algún animal doméstico. El pelaje de perros y gatos, suele ser bastante alérgico. Planificar el viaje conociendo, por la ruta que se vaya a transitar, la cantidad de polen que hay, así como en el destino.
No beber ningún tipo de bebida alcohólica y menos, si está en tratamiento. No sólo podría superar la tasa de alcoholemia permitida, sino al mismo tiempo, potenciar el efecto de somnolencia de los medicamentos.