Práctico, llamativo, sencillo y con un precio atractivo, el nuevo Renault Duster Fase 2, que manejamos, se relanza en nuestro medio con la bandera que le otorgó el privilegio de competir entre los SUV más económicos de nuestro mercado.
La unidad que probamos, es el 1.6 litro, con la terminación Privilege 4x2, que participa en el mercado con varios competidores, es un SUV, que se ha convertido en una de las sensaciones a lo largo de los últimos años.
Para competir en este segmento, que va creciendo y lo seguirá haciendo con nuevos modelos, la marca del rombo le ha dado cambios a la imagen exterior, ciertas modificaciones en el interior y, además, le agregó más equipo y mejoró la gama de motores.
Está desarrollado desde la plataforma del nuevo Clío, creció 20 mm, de largo (ahora llega a 4330), manteniendo las otras dimensiones, con una altura libre al suelo, que es grande y que llega a los 205 milímetros en la versiones de tracción delantera (4x2), que probamos, manteniendo la estética tipo todoterreno, posicionándose entre los chicos/medianos, amplio y bien estudiado para viajar en familia.
Renault se ha concentrado en dotarla con unos trazos musculosos, combinados con una buena habitabilidad y unas aptitudes, aunque no sea 4x4, con ángulos de entrada y salida, realmente sólidos.
Cuenta con sector frontal amplio y limpio, con un capot, bien lanzado, que termina en la parrilla, con unas aletas anchas, en el que se centra el logo de la marca, con mayor protagonismo, y la incorporación de las ópticas, de nueva distribución interna, uno grande, otro pequeño, de muy buena luminosidad, y el agregado del giro, con la novedad de luces diurnas (obligatorias desde el año último en nuestro mercado).
Abajo, con el renovado paragolpes camuflado, cruzado por la defensa plástica inferior, se encuentra una gran toma de aire, rodeada por los faros antiniebla redondos.
El perfil, también limpio, muestra algo de ostentación los pasos de rueda, bien marcados para las llantas de 16 pulgadas, con discretas protecciones. Aquí se destacan, con acierto, las nuevas más gruesas traviesas sobre el techo, hasta la parte de atrás de la carrocería.
En el sector posterior se ve un portón sólido y amplio, en el que se encuentra la tercera luz de stop elevada, resaltando el rediseño de las ópticas con LED, y la manija de apertura del portón, que ahora es negra, con el nombre del modelo cromado. También se aprecia el flamante paragolpes y el protector inferior, en gris claro.
Motor
El propulsor que tuvimos oportunidad de probar, era el 1.6 litros con 110 caballos de potencia máxima y caja manual de 5 velocidades, de un comportamiento bien justo, en general, ya que la camioneta tiene un peso de más de 1250 kg y un coeficiente aerodinámico elevado, con un Cx de 0,42.
La respuesta del motor de 4 cilindros y 16 válvulas, es ajustado para el que busca dinamismo, mientras que la sonoridad se va elevando a medida de que apretamos más el acelerador, en el tránsito de ciudad en el que, sin duda, se mueve con una notable soltura, la insonorización mejora por el manejo sosegado y con cambios cortos.
En la ruta, en tanto, el comportamiento también es bueno y, aunque no desentona, se lo nota sensible en el tren posterior a velocidades mayores de las permitidas.
Los 110 caballos otorgan buenas prestaciones, con respuestas contenidas desde el acelerador realizando con pausa, pero con seguridad, los requerimientos del pié derecho, sobre todo en las maniobras de recuperación, en las que se debe encontrar espacios para realizarlas.
Las aceleraciones que registramos fueron de 12,7 segundos para llegar a los 100 km/h, mientras que en las recuperaciones logró 16,50 segundos de 80 a 120, en 4ª, y 22,30 segundos en 5ta. La velocidad máxima llega a los 165 km/h, por lo que hay de sobra para nuestras rutas.
El consumo es algo elevado, ya le juegan en contra la resistencia aerodinámica y el peso. El promedio que logramos es de unos 10,50 litros/100 km, lo que nos da una autonomía cercana a los 470 km, lo que, aunque debería mejorarse, no es malo. Para el que requiera más portencia, está la versión de 20 litros con 143 CV, pero deberá sumar unos 13.600 pesos.
Comportamiento dinámico
La marcha del Renault Duster es franco, en la ciudad y, como dijimos hasta alrededor de los 145 km en la ruta, donde entrega un andar firme y sin inconvenientes en las curvas, como en los caminos de tierra en los que mostró estar bien apoyado, sin transmitir demasiado las desigualdades y ausencia de polvo en el habitáculo.
El sistema de frenos (discos ventilados adelante y tambor atrás) es muy eficiente, por más que la sometimos a maniobras de panic stop, en las que mejoró el promedio, sin mostrar fatiga o de pérdida de efectividad.
En la ciudad no desentona. Por sus grandes dimensiones y una muy buena asistencia en su dirección se mueve bien en el nutrido tránsito exponiendo agilidad y comodidad. No hay inconvenientes en las maniobras de estacionamiento y el despeje es adecuado, ya que no notamos el roce de la carrocería ni en lomadas ni en los pozos. Además, debido al bajo peso 1316 kg, es ágil a la hora de transitar y cambiar de trayectoria en las curvas.
La suspensión es buena denotando cómodo, lo que lo hace agradable tanto en la ruta como en el tránsito urbano.
Gracias a la altura libre al suelo y unos neumáticos apropiados, permiten pasar por caminos de tierra y rocas, por dónde un sedán no podría. Además, la parte inferior de los paragolpes y de los laterales de la carrocería están pintados, para que no se noten tanto las marcas con las piedras o ramas que puedan golpear esas zonas.
El modelo que manejamos contaba con doble airbags, sistema de frenos con ABS, faros antiniebla delanteros, alarma y cinturones de seguridad ajustables en altura, entre el equipamiento más destacable.
Confort y equipamiento
Al abrir las puertas se revela un interior con muy buenas capacidades, tanto para los ocupantes como para el transporte de bultos. La luminosidad, que le otorgan las superficies vidriadas, la buena visibilidad hacia todas las direcciones y el completo equipamiento que posee la versión que probamos, junto con un panel de instrumento con información necesaria, le confieren una buena habitabilidad.
La posición de manejo es alta y confortable, aunque carece de la regulación en profundidad del volante. El habitáculo es amplio para cuatro adultos y un menor, ya que en lo ancho es algo pequeño, por lo que impide que tres pasajeros adultos, puedan viajar cómodamente. La altura disponible es grande en todas las plazas, lo que demuestra una gran habitabilidad, que es uno de los puntos relevantes de este vehículo. Otro punto a favor es la cantidad de portaobjetos que hay distribuidos dentro del habitáculo.
Las butacas delanteras, con apariencia de resistir el maltrato, cuentan con una sujeción lateral excelente. El cuadro de instrumentos y consola central, simples y claros, tienen un diseño escueto y atractivo. El conductor tendrá lo esencial, con una posición muy elevada, que facilita la visión panorámica.
En definitiva, el interior no es un prodigio de lujo, pero, los paneles están correctamente ensamblados y no hay ruidos de piezas sueltas y, desde luego, no resta ningún elemento práctico y eso hay que destacarlo. Se percibe un más que aceptable grado de calidad en las terminaciones y componentes del vehículo, si bien los levantavidrios eléctricos, aunque están bien, piden una ubicación más certera.
El baúl es realmente amplio, el mejor del segmento, con una capacidad inicial de 475 litros. El piso es plano y profundo con una entrada que facilita el aprovechamiento de los espacios. Es posible aumentar la capacidad rebatiendo los respaldos de los asiento traseros, que están divididos en 1/3-2/3, con lo que, se puede lograr una capacidad de 1630 litros. Por fuera, debajo de la carrocería, se ve la rueda de auxilio que es de la misma medida que las rodantes, pero con llanta de chapa.
La versión que tomamos para esta prueba de manejo es la tope de gama para este motor, es decir la Privilege, donde se puede apreciar un aumento en la categoría y de componentes tecnológicos respecto a la versión que reemplaza. Ofrece controles que están bien ubicados quedan a la mano, por lo que para manejarlos no hace falta sacar la vista del camino, lo que es para subrayar, ya que, además de la facilidad de los movimientos, mejora la seguridad en el manejo.
En el equipo con el que cuenta, por ejemplo agrega la nueva cámara de retroceso cuando se realiza la marcha atrás; sensor sonoro de estacionamiento, control de velocidad de crucero con limitador, función “one touch” (un toque en ambas direcciones) en el levantavidrio del conductor, y mantiene la palanca de cambios con detalles cromados, salidas de aire laterales y en consola central color marrón, aire acondicionado, computadora de abordo, cierre central de puertas, control de velocidad crucero y limitador de velocidad, indicador de temperatura exterior y GSI (Gear Shift Indicator), navegador satelital como parte de Media Nav, sistema multimedia, con pantalla táctil de 7 pulgadas, para la el equipo de audio táctil con MP3, con Radio AM/FM, con conectividad Bluetooth, puerto USB y entrada Auxiliar, que también agrega GPS, Eco coaching y Eco monitoring, entre otros componentes.
Conclusión
Sin duda, Renault ha supo mejorar el Duster, mostrando un vehículo con un comportamiento agraciado para los dos ámbitos en los que se puede mover: el asfalto, tierra y piedras. El precio del que manejamos, 321.600 pesos, es competitivo para este segmento en continuo crecimiento, mostrando buena relación con la habitabilidad y la seguridad, ubicándola como una muy buena opción para la familia y también para disfrutarla en el tiempo libre.
Si bien nos falta acercarnos a la 4x4, la versión que probamos, está claramente elaborada para darle un uso tranquilo y doméstico a los que el vehículo responde regalando seguridad de marcha, buenas prestaciones y gran habitabilidad.