Habitualmente, recibimos muchas preguntas de lectores u oyentes sobre el cuidado de las cubiertas de los vehículos. Las repuestas son siempre las mismas: Controlar la presión de inflado y realizar mantenimiento regular de los neumáticos, como rotación, alineación y otras inspecciones.
Sabemos que el cambio de cubiertas es uno de los momentos más temidos por los usuarios de vehículos, sobre todo por los precios que se manejan en la actualidad, por eso ofrecemos algunas sugerencias que ayudarán a estirar la vida útil de los neumáticos, que cada vez se estira más pero que llegan entre los 30.000 y 40.000 kilómetros y, una revisión profunda a los 6 años desde la fabricación.

Alineación y balanceo

Es imprescindible realizar el balanceo y la alineación de los ejes, con lo que se evita desgastes irregulares que puedan acortar la vida de los neumáticos hasta un 60%. Esto se debe realizar, por lo menos, una vez al año, y cada vez que se cambia una cubierta por otra nueva.

Inflado

Hay que revisar las presiones de los neumáticos cada 15 días. Esto es necesario, ya que mantener las ruedas con la presión recomendada por el fabricante en todo momento, alarga la  vida hasta un 40%. Llevar los neumáticos con unas presiones inadecuadas incrementa notablemente su desgaste; además de multiplicar el riesgo de reventón. Si se circula con una presión excesiva en el neumático se desgastará, en mayor medida, por la zona central; mientras que si se circula con unas presiones inferiores a las recomendadas por el fabricante se desgastarán los laterales. Por otro lado, las prestaciones también se resentirán, ya que se necesita más metros para detenerte en una frenada a fondo; se resiente la estabilidad, y se consume más combustible.

Rotación

Es otra de las preguntas frecuentes es la de la rotación. Es recomendable rotar los neumáticos de atrás hacia adelante, cada 20.000 kilómetros como máximo y, se debe incluir la de auxilio, que si es de la misma medida, se debe insertar en la posición derecha trasera en cada rotación. Caber recordar que de no hacer las rotaciones recomendadas, los neumáticos se desgastarán antes, sin importar cuál sea la tracción del vehículo.

Aceleración

Las fases de aceleración con el volante girado, son el momento en el que se somete a más esfuerzo a las ruedas y, por tanto, en el que se produce un mayor desgaste, especialmente en los turbodiésel, con un elevado par máximo. Otra de las maniobras que se deben evitar son las frenadas a fondo: someten a una gran abrasión a la banda de rodamiento. Incluso, si las ruedas llegasen a bloquearse podrían provocar un 'plano' en el neumático que generase vibraciones en el volante. En cualquier caso, practicar una conducción no agresiva puede aumentar la vida de un neumático hasta un 60%.

Velocidad y temperatura

Cabe recordar que a alta velocidad los neumáticos se calientan, algo que provoca que la banda de rodadura se ablande y el desgaste se multiplique. Según datos de fabricantes de cubiertas, con una temperatura exterior de 0º, un vehículo que circula a 140 km/h desgasta un 50% más los neumáticos que uno idéntico que circule a 90 km/h. La alta velocidad también puede provocar una rápida pérdida de aire, o hasta una repentina explosión del neumático, lo que causa la pérdida de control del vehículo.

Capacidad de carga

Es fundamental no exceder la capacidad de carga correspondiente al índice de carga del neumático; esto está especificado en el manual del usuario del vehículo. Los neumáticos con cargas mayores a las sugeridas como máximo, se recalientan en exceso, lo que puede causar desde una mayor abrasión hasta la destrucción del neumático.
Cabe recordar, que además de los económico, los neumáticos son el único punto de contacto que el vehículo tiene con el suelo, por lo que necesitan contar con una buena condición de funcionamiento todo el tiempo para garantizar nuestra seguridad y la de los que transportamos.

Fercol, empresa dedicada a la lubricación automotor, dio a conocer información acerca de viejos conceptos instaurados en el común de la gente.
En el mercado automotriz existen muchas premisas que suelen darse como validas, ya sea por la información que va pasando de boca a boca o porque a través del tiempo han quedado fijadas en la mayoría de los usuarios. Veamos de qué estamos hablando:

1 Es lo mismo utilizar cualquier aceite lubricante?
Si nos referimos a viscosidades y componentes, debemos decir que cada lubricante es distinto. Esta compuesto de diferentes tipo de bases y aditivos, que le confieren propiedades diversas para  usos varios. Tengamos en cuenta que no todos los autos son iguales. Por lo tanto, lo recomendable es seguir los consejos y recomendaciones de los fabricantes, y al momento de elegir respetar siempre las viscosidades indicadas por ellos y, por supuesto,  por el tallerista amigo.

2 Que pasa si cambiamos de marca?
Siempre y cuando se respeten las viscosidades y características técnicas, el cambio de marca no debe influir en el resultado final. Todos los aceites de diferente marca, pero iguales componentes y viscosidad equivalente, son compatibles.

3 Si el vehículo no consume aceite,  significa que funciona a la perfección?
Es una falacia. Lo normal es que el vehículo gaste aceite. Si los niveles no bajan significa que algo no anda bien en el motor. Una de las causas podría ser que esté pasando nafta al aceite. Consultar al especialista en este caso es el mejor consejo.

4 Lo importante es cambiar el aceite. Cambiar el filtro es indistinto.
La función del filtro es retener las impurezas que pueden formarse en el lubricante. Si el filtro no está en óptimas condiciones seguramente todas o muchas partículas de hollín o suciedad quedaran nadando en el aceite, acción que, a la larga, perjudicara hasta dañar a las piezas del motor.

5 Se debe agregar al lubricante algún tipo de aditivo extra?
Si el aceite empleado en el vehículo es el indicado por el fabricante, agregarle aditivos extras podría ser hasta perjudicial. Todo lubricante, antes de salir al mercado, es sometido a pruebas que lo hacen específico y apropiado para cada clase diferente de vehículos.

6 Si utilizamos lubricantes sintéticos de alta calidad, y utilizamos poco el vehículo, los cambios de aceite no deben ser tan frecuentes.
Esta afirmación no es tal y resulta falsa, ya que los motores que no alcanzan la temperatura adecuada por tener poco uso terminan formando depósitos indeseables que pueden hacer fallar el sistema de combustión.

7 Solamente es necesario medir el nivel del aceite cuando llega el kilometraje adecuado. Antes, es innecesario.
Si nos acostumbramos a esta práctica, corremos el riesgo de dañar seriamente a nuestro vehículo. Debemos acostumbrarnos a revisar el nivel periódicamente, sobre todo antes de realizar trayectos largos ya que, en  el caso de que existiera alguna fuga que no percibimos, podríamos provocar graves daños al motor.

8 Si, luego de un tiempo de trabajo, el aceite se torna negruzco, significa que está dañado?
A pesar de que esta creencia esta difundida como certera, el momento en que el lubricante se tiñe de negro es cuando está en pleno buen  funcionamiento, ya que está limpiando el motor, lo está liberando del hollín que  produce la combustión. Este residuo del carbón es arrastrado por el aceite hasta los filtros, en donde los deposita. Almacenados los desechos, la maquina queda libre de depósitos.

9 El aceite no influye en el consumo.
Absolutamente falso. La función del aceite es mantener limpio el motor. Por lo cual si se utiliza combustible con bajo contenido de azufre el lubricante estará más limpio, durara mas y el motor también.

10 Existe aceite que no se desgaste?
Lamentablemente no. Cuando el vehículo funciona a altas temperaturas el aceite se espesa y se oxida. Además, llega un momento en el cual está muy cargado de hollín o carbonilla. Es el momento de cambiarlo para evitar daños futuros y más graves.

11 Podemos mezclar aceites minerales con sintéticos?
Solamente en casos de extrema necesidad. Los aceites sintéticos son de calidad superior, por lo cual la mezcla de ambos crearía un desbalance entre los componentes. Esto podría producir perdida de funcionalidad, viscosidad y aditivos del lubricante utilizado, obteniendo como resultado una lubricación deficiente.

12 Los lubricantes para motos y para vehículos son los mismos.
En realidad son parecidos, pero no cumplen las mismas características. Ambos tienen distintos aditivos que los hacen específicos para diferentes usos. Utilizar uno donde debería usarse el otro puede ocasionar fallas en el motor.

13 En motores añejos se puede usar cualquier lubricante.
No es así. Los autos añejos que cuentan con un mantenimiento actualizado deben usar el mismo lubricante recomendado en el manual del vehículo. Si el  vehículo tiene mucho kilometraje y no enturbia ni quema aceite, se recomienda seguir la indicación del fabricante.
Más allá de estas afirmaciones, lo importante es realizar el cambio de aceite en forma regular, según lo indicado por el fabricante del vehículo, ya que esto reduce la fricción en el motor obteniendo el rendimiento apropiado. Fundamental, elegir productos amigables con el medio ambiente.

En esta época del año es fundamental ayudar a proteger al motor del frío que nos acompaña. Con el objetivo de evitar los riesgos que puede ocasionar, compartimos algunos tips para contrarrestar esta clase de problemas:
La sugerencia es verificar la presión de aire y el buen estado de las cubiertas, revisar el nivel de aceite, corroborar que el sistema de frenado funcione correctamente, asegurarse del buen estado de la batería y comprobar el depósito de agua.
Es primordial cotejar el buen funcionamiento de todas las luces del vehículo. En caso de dirigirse a un lugar de frío extremo y donde haya nieve con posibilidad de hielo, llevar cadenas para las ruedas. También es necesario cerciorarse de que los limpiaparabrisas se encuentren en buen estado y se aconseja que la solución del líquido limpiador sea anticongelante y que el depósito se encuentre lleno.

Secuencia del arranque

El frío afecta principalmente la secuencia de arranque, ya que el motor se encuentra “seco” y el lubricante debe alcanzar todos los puntos del mismo. Si el lubricante se enfría puede espesarse, impidiendo el flujo constante. Esta insuficiencia puede contribuir a aumentar el desgaste del motor.
Hay que asegurarse de cargar lubricantes idóneos para proteger al motor del frío, debido a que la base de los actuales lubricante son producido a partir de gas natural, generando un producto significativamente más estable que los aceites de base convencionales y adquiriendo una importante serie de beneficios de rendimiento. En condiciones extremas, esto incluye un mejor control de la viscosidad que genera rápidamente la película lubricante protectora, menor volatilidad y mayor ahorro de combustible.
Estas propiedades se traducen en importantes beneficios de rendimiento para el motor. La nueva tecnología de los buenos lubricantes brinda protección ante el desgaste y la corrosión.

La limpieza de los bornes, es fundamental en el cuidado que requieren las baterías de los vehículos, ya que un solo borne sulfatado o con suciedad puede dificultar e incluso impedir el arranque.
Cabe destacar que la sulfatación se aprecia cuando el borne de metal de la batería se pone, por la aparición de un sedimento, de color azul o verdoso.
Es una tarea relativamente sencilla, que se puede realizar en el hogar, utilizando las herramientas necesarias, algunos elementos sencillos de encontrar, paciencia y tomando las precauciones necesarias, con el objetivo de evitar la corrosión como la sulfatación.
Por supuesto y, aunque parezca una obviedad, hay asegurarse de que el motor del vehículo está apagado. El primer paso es desconectar, en primer término el cable negativo de la batería, lo que se logra aflojándolo con un destornillador o con una llave de tuerca, los tornillos o tuercas, que lo sujetan y levantándolo del borne de la batería. Cabe destacar, que se denomina borne a los dos cilindros ubicados a ambos bordes sobre la propia batería.

Cuidado, cortocircuito

Hay que estar seguro de no dejarlo, ni siquiera apoyarlo, sobre nada metálico, ya que se provocará un cortocircuito. Tampoco se debe permitir que toque el cable positivo, ya que también habrá un cortocircuito, con chispas incluidas, en forma de descarga eléctrica.
En segundo lugar, se debe proceder de la misma forma que con el anterior, con el cable positivo de la batería, que generalmente está marcado con color rojo en algún lugar.
Una vez liberada la batería de estos cables, hay que derramar bicarbonato de sodio y un poco de agua sobre los bornes terminales de la batería y los extremos de los cables, dejándolos actuar durante unos dos o tres minutos luego de lo que habrá que frótalos con un cepillo o similar hasta que la sulfatación o corrosión quede eliminada completamente. Se puede rematar el trabajo con una lija.
Una vez completamente secos todos los elementos, lo que se puede realizar por acción del tiempo o manualmente, con algún secador eléctrico o trapos, hay que aplicar una capa de grasa lubricante o vaselina a los bornes de la batería, con lo que se evita futuras sulfataciones y alargar de esta forma la vida de la batería.
Por último se deben recolocar los cables, comenzando por el positivo y luego el negativo, asegurándonos de que quedan bien ajustados; luego, se debe comprobar que todo ha quedado como corresponde, poniendo en marcha el vehículo.